IV Edición: Recursos energéticos & mineros

Las mujeres hemos tenido que fracturar muchos paradigmas que giran en torno a nuestro “rol” social

Transformar requiere de innovación, sensibilidad, objetividad, humildad y arrogancia, todo en una medida justa para modelar estructuras y culturas que apunten a darle vida a los propósitos personales, grupales y organizacionales.

 

Beatriz Rivas Leal se considera una mujer “venexicana” nacida en Venezuela y adoptada en México. Su transitar profesional de 20 años de experiencia multinacional en startups y firmas consultoras construyendo una visión integral del valor social de los negocios y las marcas, le da una capacidad de análisis muy amplia con respecto de cómo las mujeres han ido logrando importantes objetivos en el mundo empresarial.

 

Actualmente es Country Manager de México en Hult EF, logrando consolidar su pasión por encontrar en la educación una potente herramienta que brinda oportunidades individuales, para así generar una repercusión en el entorno personal, familiar, comunitario, organizacional y potenciar la fuerza de los países desde su gente.

 

Con respecto su rol en Hult/EF afirma le ha permitido darle vida a un pilar importante en su propósito.Como cientos de profesionales, la carrera que estudias quizá no es la que ejerces directamente, y en mi caso, habiendo obtenido mis títulos iniciales como profesional de la educación, siempre he tenido la firme convicción que educar para cambiar realidades.

La invitación que recibí de Hult EF para liderar la operación de México y acompañar a los mercados de LATAM, tiene un increíble sentido personal para mí, pues siendo el propósito central de la organización la educación como factor fundamental del cambio, saber que, haciendo equipo con increíbles profesionales, en México y toda LATAM, estamos siendo factores de cambio en millones de personas, me nutre, me motiva y me compromete 24x7”, relata con firme convicción.

 

En el pasado Rivas fue Global VP of Corporate Affairs en Betterfly, Country Manager de GOintegro, empresa HRTech, liderando las operaciones para todos los países de Centroamérica, el Caribe y México. Formó parte del equipo de Great Place To Work México, como VP of Corporate, y de otras organizaciones en LATAM y Venezuela.

 

Hoy en día también es consejera del Board de Bancos de Alimentos de México y del Women Economic Forum Iberoamérica, manteniendo la firme creencia que involucrarse en causas que puedan generar un impacto positivo a través de darle más vida al propósito personal, de sus equipos junto al de las organizaciones, es capaz de crear mayor impacto en el desarrollo de Latinoamérica.

 

En Factor de Éxito conversamos con esta mujer que compenetra su excelencia profesional con su rol de madre, hija y esposa. “Me defino como una desquiciada que cree firmemente en que podemos construir un mundo mejor, disminuir brechas sociales y sumar voluntades para humanizarnos cada vez más”, enfatiza.

 

¿Qué es una mujer líder? ¿Por qué el liderazgo femenino tiene un efecto transformador?

Una mujer líder es líder, con la simplicidad y complejidad del significado. Liderar es sinónimo de acompañar el desarrollo del equipo y de los objetivos estratégicos establecidos, independientemente de la naturaleza de la organización.

 

El gran diferenciador de la fórmula es la manera en la que acompañas este desarrollo, y ha sido evidente el crecimiento de los ratios de liderazgos, empresariales, de ONG y del sector público, con mujeres a la cabeza. Hablar de un efecto transformador ya viene implícito, desde mi perspectiva, de un cambio importante al abrir la oportunidad para que alcancemos posiciones de alto nivel e impacto en el mundo de hoy.

 

Transformar requiere de innovación, sensibilidad, objetividad, humildad y arrogancia, todo en una medida justa para modelar estructuras y culturas que apunten a darle vida a los propósitos personales, grupales y organizacionales. Y en eso, he podido compartir con un importante número de mujeres que lo traen como común denominador es sus gestiones.

 

¿Cuál es el peor estereotipo al que ha tenido que hacer frente como ejecutiva?

Me atrevo a mencionar dos, uno el patriarcal y otro el del falso “empático”. El patriarcal que en algún momento de mi carrera me dijo “calladita más bonita” deje que los hombres hablen y usted apunte, fue un balde de agua helada que me enfrentó a la realidad, eso sería a inicios del 2005-2006, y para mí fue un duro aterrizaje a algo que en casa nunca había visto, pues mis padres tuvieron un matrimonio en el que la voz, las decisiones, los ingresos y las responsabilidades dentro del hogar, no llevaban una etiqueta de género.

 

Y la segunda fue la del falso “empático” quien utilizó frases como “yo te entiendo, ser mamá y profesional es demasiado, ¿pensaste en contratar a alguien que te cuide al crío?”, o “debiste pensar antes el impacto a tu carrera, nadie te dijo que fueses mamá, pero tranquila, podemos incorporar a algún hombre a tu equipo que pueda atender lo que no tienes tiempo de atender”.

 

¿Cómo integrar todos los aspectos de la vida de una mujer para liderar con éxito?

Desde mi perspectiva las mujeres hemos tenido que fracturar muchos paradigmas que giran en torno a nuestro “rol” social. La etiqueta de la mujer esposa y madre, que debe elegir a cuál sustantivo darle el prefijo de “la mejor”, si a la profesional, la madre o la esposa, nos ha llevado a un constante estado de resiliencia y multioperatividad.

 

Como mujer, que tengo la bendición y la gran responsabilidad de liderar un equipo, una de las fracturas fue la de mujer que debe ser madre. En mi caso, pasó más de una década para ello, pues las condiciones biológicas no me lo permitieron, pero, en un momento, frente a los constantes resultados negativos a las pruebas de embarazo, comprendí que podía tomar la decisión de ser feliz y plena, siendo esposa, hija, hermana y profesional.

El segundo hito se conectó con “es casi imposible siendo inmigrante”, y la verdad es que, con la decisión de iniciar una nueva etapa de vida personal y profesional fuera de mi país natal, el término de “inmigrante” fue un motivador para no dar marcha atrás, mi futuro estaba totalmente ligado a las “ganas” que le pusiera a esa “primera” oportunidad que me dieran.

 

Otro momento, cuando por fin logré ser mamá, y en plena pandemia. Siempre cuento la anécdota de haber tenido un embarazo de más de 10 años, pero sólo 5 días de gestación, pues tuvimos la bendición de ser padres por adopción. Y ¿la verdad? Nuevamente esa resiliencia se activó para interiorizar la llegada de un bebé, cambiándote la vida en 5 días, y con todo el comercio cerrado por la pandemia.

 

No hay “uno o varios” aspectos generales en la vida de la mujer que la haga ser mejor líder, pero lo que sí es cierto es que los múltiples contextos en los que nos hemos cruzado en nuestros caminos sí han desarrollado una mayor sensibilidad a adaptarnos, pero por encima de todo, a modelar los cambios que necesitamos para avanzar. Y eso, en el entorno organizacional, considero fundamental para el manejo de esas variables de incertidumbre que siempre estarán ahí.

 

¿Se ha encontrado con algún indicio en el avance hacia la igualdad de género que indique que vamos en la buena dirección?

Sí, y muchos. Hace algunos años conversaba con Michelle Ferrari, meses antes de anunciar la primera edición del Women Economic Forum México, y reflexionábamos de los tristes y preocupantes números de mujeres en posiciones de alto liderazgo, y no nos referíamos en aquel momento sólo a las CEO, Country Managers o Directoras Generales, sino a mujeres que integran los comités de dirección.

 

Y este año, a finales de marzo, fue realmente motivante ver mayor número de mujeres en puestos de alta dirección, sumándose a comités de diversidad e inclusión, alzando la voz por las que vienen detrás de nosotras, pero también fue reconfortante, la cantidad de hombres apoyando prácticas de diversidad, inclusión, y equidad.

 

¿Cuál es el mejor consejo profesional que ha recibido y de quién vino?

“Congruencia, consistencia y coherencia”, de uno de mis primeros mentores, Thony Da Silva, socio de Pizzolante Comunicación y Estrategia.

Y en múltiples contextos le doy sentido, pues el mostrar esa alineación entre lo que decimos, lo que hacemos, cuándo, el cómo y el por qué, debe estar basado en esas 3 C´s.

 

¿Cuáles crees que son los obstáculos más relevantes con los que se puede encontrar una mujer que aspira a una posición de liderazgo?

Con ella misma. Las mujeres somos nuestras propias enemigas a la hora de trazarnos el plan de carrera, bien porque caemos el odioso y terrible síndrome del impostor, o porque nos quedamos atadas a experiencias negativas previas. Tenemos miedo de ver nuestro propio potencial.

 

En segundo lugar, el obstáculo de otras personas que pueden trucar nuestra carrera, no sólo con hechos sino con palabras, y que permitimos nos reafirmen los NO antes de cualquier idea/ proyecto/ oportunidad.

Y, por experiencia propia, cuando somos empecinadas en querer cambiar, porque sí, a como dé lugar, algunas realidades dentro de las organizaciones en las que estamos. La realidad es que quizá no estemos en la organización correcta, o puede no ser el momento de la cultura de esa organización para abrirnos las oportunidades de crecer.

Lo hablo desde mi experiencia, estoy segura de que cada mujer, en liderazgo actual, pasado o por venir, se ha enfrentado a sus propios obstáculos; el común denominador, es nuestra capacidad de identificarlos, valorar la posibilidad de transformarlo y accionar.

 

¿Qué consejos le darías a una mujer con talento que aspira a ocupar puestos de dirección?

Échale todas las ganas, cree en ti, busca las oportunidades, constante capacitación y transita tu propio camino.

 

¿Qué cambiaría del mundo empresarial si tuviera la oportunidad?

Eliminar la mayor cantidad de etiquetas que, contrariamente a la lucha que buscamos, parecerían multiplicarse cada vez más. Fomentar el tema de capacitación constante ejecutiva y de idiomas en todos los niveles de la empresa, como por ejemplo las opciones que ofrece Hult / EF.

 

¿Cuéntanos cómo ha sido tu experiencia en las participaciones que has tenido con el Women Economic Forum? ¿Qué has percibido en esos foros? ¿En ese entorno?

Compartía anteriormente que motiva el identificar un creciente número de mujeres en posiciones de liderazgos, hombres que creen y fomentan culturas inclusivas, políticas y prácticas que buscan tener organizaciones en las que todos tengamos oportunidades.

Pero algo que me fascinó, es que cada vez más se percibe menos temor a poner en mesa estos temas incómodos.