La fotodinámica ha cambiado el ejercicio de la odontología

Desde la antigüedad la luz solar ha sido aplicada para beneficio de la salud. Es así como importantes civilizaciones le dieron un lugar cimero al sol; por ejemplo, los egipcios lo utilizaban como una fuente medicinal en tratamientos para la piel.

Hipócrates, el padre de la medicina, menciona en diferentes escritos la importancia de los rayos solares en la salud y su aplicación en diferentes enfermedades.

Durante la Edad Media, por influencia de la iglesia, estas prácticas se vieron como paganas y disminuyó la investigación sobre el sol como sanador.  Durante el Renacimiento, y todo lo que significó en las diferentes áreas del saber, se abre nuevamente esta brecha que refiere la íntima relación entre la luz y la salud.
 
Nuestros ancianos hablaban de las bondades del sol.

La odontología no es la excepción del área de la salud que goza de los beneficios de la fototerapia, la cual podemos definir como la aplicación de las ondas de luz con diferentes longitudes para fines terapéuticos.

En sus inicios, quizá la década de los setenta u ochenta del siglo pasado, la fototerapia fue aplicada en la odontología para la realización de restauraciones con resinas fotosensibles, hoy día aplicación del láser y tratamientos paliativos.

La fotodinámica es muy beneficiosa en materia de salud oral. Se define como un tratamiento fruto del uso de un fotosensibilizador más la fototerapia; es de rápida aplicación, indolora, no  invasiva y con muy pocas contraindicaciones.

Las áreas de la odontología que utilizan más la fotodinámica son aquellas donde se desea prevenir o controlar un proceso infeccioso, molestias y dolor, ya sean producto de una lesión, enfermedad o tratamiento a efectuarse. Su aplicación puede realizarse en combinación con el resto de tratamientos, su objetivo es brindar nuevas alternativas, eficientes y efectivas.

La aplicación es muy común antes y durante cirugías, extracción de terceros molares, problemas periodontales, endodoncias, parestesia, aftas, herpes, úlceras orales y bruxismo.

Desinfecta los conductos radiculares, aumenta la respuesta inmunológica, desinflama, ataca microorganismos patógenos y acelera el proceso de sanación.

La terapia fotodinámica presenta varias ventajas en comparación con otros tratamientos:
1- Se ha mostrado su efectividad en casos de infecciones resistentes.

2. Es selectiva y trabaja con mayor precisión, ya que se dirige a las células que se han unido al fotosensibilizador.

3. Menos efectos secundarios. Es un procedimiento natural, que no afecta al organismo ni deja secuelas.

4. Es un procedimiento no invasivo que disminuye el tiempo de recuperación del paciente, permitiéndole incorporarse a la cotidianidad rápidamente.

5. Acelera la cicatrización y regeneración celular.

6- Ayuda a perder el miedo  a las visitas  odontológicas.

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En ocasiones, es necesaria la autorización del médico de cabecera, como en pacientes que están recibiendo tratamientos de radioterapia, embarazadas, infantes, entre otros.

Su manejo necesita de un entrenamiento especial, es decir, profesional capacitado, y debe dársele seguimiento. Regularmente son varias sesiones, el número y espacio entre una y otra la determina el odontólogo, mientras que es responsabilidad del paciente seguir las recomendaciones.

Sin importar el área del cuerpo humano donde se aplique la fototerapia el beneficio es para el individuo, la boca es parte del cuerpo y un proceso inflamatorio, infeccioso, localizado en la cavidad oral, afecta el resto del organismo, tanto física como mentalmente.

La fotodinámica ha cambiado el ejercicio de la odontología, es una herramienta que conjuga la alta tecnología y la experiencia profesional, con el objetivo de brindarle al paciente una experiencia sin dolor. Pregunte en su próxima cita por la aplicación del PTD.