Las mujeres tenemos que aprender a participar más, a desarrollar algo que llamamos “presencia ejecutiva”

 El éxito en el liderazgo femenino depende de un equilibrio donde el foco en alcanzar metas está acompañado por la atención en desarrollar a las personas y generar cambios positivos

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Magali Maldonado es licenciada en administración de empresas, maestra en Administración y Educación por el Tecnológico de Monterrey, además es maestra en Liderazgo Positivo por la Universidad Tecmilenio. Una suma de conocimientos académicos que la hace una experta instructora certificada en temas relacionados con el liderazgo empresarial.

 

Maldonado afirma que el éxito en el liderazgo femenino depende del balance y equilibrio que las mujeres logren en los diferentes ámbitos de la vida.  “Es muy importante impulsar estos aspectos en cualquier organización. Considero que, al interior de las organizaciones se ha venido trabajando en la mejora de políticas que compatibilicen la jornada de trabajo con actividades personales, familiares e incluso domésticas”.

 

Con una trayectoria por las áreas de recursos humanos en empresas manufactureras y financieras en el norte de México, especialmente en el área de selección de personal y desarrollo organizacional, sabe muy bien de las oportunidades que tiene el liderazgo de las mujeres en los distintos sectores laborales.

 

En este sentido, conversamos con esta académica, quien ha sido responsable de programas estratégicos como: programa Embajadores, la Maestría en Liderazgo Positivo Connect y proyectos especiales LATAM.

 

¿Qué es una mujer líder? ¿Por qué el liderazgo femenino tiene un efecto transformador?

Cualquier persona puede ser líder. Un líder es quien logra que las personas se alineen y deseen lograr una meta; lo que se convierte un factor clave en las organizaciones. En el caso de una mujer, hay condiciones de género que hacen que seamos líderes de manera diferente. Primero, por enfrentar sesgos en los lugares de trabajo y coordinar una doble jornada laboral (Mujeres amas de casa).

El liderazgo femenino hace referencia a la participación de la mujer dentro de una organización ejerciendo una visión estratégica incluyente y diversa, que parte de las historias de vida de cada, y esto beneficia a las organizaciones.

 

¿Cuál es el peor estereotipo al que ha tenido que hacer frente como consultora empresarial y académica?

Quizás, el tener que demostrar que por ser mujer tenemos menor capacidad para realizar o cumplir ciertos retos. Hace más de 30 años, tiempo en el que inicié mi carrera profesional, había demasiados estereotipos que, afortunadamente han ido desapareciendo, y permiten que hoy más mujeres puedan acceder a oportunidades, retos y puestos de trabajo que hace años eran impensables por el simple hecho de ser mujer.  

 

¿Cuál considera que es esa misión única e irrepetible, que solo usted puede hacer en su entorno laboral?

El asegurarme de servir y empoderar a cada mujer con la que tengo contacto. Contribuir en el reconocimiento de sus talentos, habilidades y fortalezas, y que puede ponerlos al servicio de desarrollo profesional, en el ámbito laboral y en su vida en general.

 

¿Cómo las mujeres en espacios de toma de decisiones pueden crear un impacto positivo?

Las mujeres tenemos que aprender a participar más, a desarrollar algo que llamamos “presencia ejecutiva”; compartir nuestras opiniones sobre los temas relevantes para la organización, para los clientes y los steakholders.  Algunos consejos o recomendaciones que las mujeres podemos hacer por otras mujeres, es guiarlas, generar esquemas de participación dónde todas las voces sean escuchadas, argumentar y dar el ángulo propio de observación.  Se promueven ambientes de discusión y trabajo objetivos y puntuales.

 

¿Qué es lo mejor de su rol actual de directora de la Maestría en Liderazgo Positivo? 

La posibilidad de relacionarme con tantas personas de diferentes ámbitos empresariales y poder llevar todos los temas de bienestar a cada rincón de las organizaciones. Sensibilizarlos sobre el impacto que tienen estos temas equipos de trabajo y en la rentabilidad y productividad de estos. Hoy más que nunca, las organizaciones están conscientes de que empleados felices y comprometidos, se traduce en mejores resultados para el negocio y que más perdurables.

 

¿Cuál es el mejor consejo profesional que ha recibido y de quién vino?

Creer en mi a pesar de que el “síndrome del impostor” me acompañe siempre. Concentrarme en mis aciertos, aprender de mis errores y compartir mis conocimientos con la mayor cantidad posible de personas. Este consejo lo recibí de uno de mis líderes, un visionario, de esos que creen en ti y logran hacer una diferencia en tu vida.

 

Brecha salarial, techo de cristal, convivencia de estereotipos masculinos en la socialización y educación… Se plantean muchos problemas para la vida empresarial de la mujer, pero ¿alguna solución? ¿Cuál debería ser la prioridad? 

Me parece que hay una solución en lo individual y otra en lo sistémico. En lo sistémico, las empresas deben contar con un modelo de equidad, diversidad e inclusión de acuerdo con los principios de solidaridad, innovación, lealtad, respeto y responsabilidad para bien de las personas que forman parte de la empresa es fundamental para tener un espacio de trabajo más justo. Hacer visibles los beneficios de la equidad de género hacie el cliente y la organización de formas de pensamiento diversas. En lo individual con programas de coaching, mentoring y trabajo en los sesgos, negociación, presencia ejecutiva como entrenamientos básicos para que las empresas puedan gozar de los beneficios de una cultura de trabajo equitativa.

 

¿Cuáles considera que son esas características del liderazgo femenino que lo hace tener impacto en la sociedad?

A las mujeres se nos suele adjudicar características de habilidades blandas con mayor frecuencia, pero yo creo que esto no es lo clave, lo clave es que podamos tener visiones nutridas de los entornos en los que nos desenvolvemos. Que nuestras historias nos hagan responder mejor líderes atendiendo las necesidades de las empresas y requieren los clientes y la sociedad.

 

¿Por qué el liderazgo femenino es fundamental para el desarrollo de las sociedades hoy día?

El mundo es cada vez más complejo, cambiante y frágil, necesitamos la visión de todos y todas para generar la solución de los problemas de la humanidad y generar valor a la sociedad. Necesitamos ser más productivos y ser más equitativos, por ello creo que integrar cada vez a más mujeres es muy relevante. El éxito en el liderazgo femenino depende de un equilibrio donde el foco en alcanzar metas está acompañado por la atención en desarrollar a las personas y generar cambios positivos.

 

¿Cuáles crees que son los obstáculos más relevantes con los que se puede encontrar una mujer que aspira a una posición de liderazgo?

Un concepto que me gusta mucho presentar es el de los peldaños que se vuelven angostos para las mujeres. Desde hace un tiempo, se hace referencia a esta frase para ejemplificar la “escalera de igualdad” en el ambiente social. Una vez que se inicia el tramo profesional, comienzan los escalones más angostos de avanzar. La consultora McKinsey & Company, Inc., desarrolló este concepto; y creo que es muy valioso pues podemos partir ya de condiciones de desigualdad salarial y laboral. Hay que tener las conversaciones difíciles al inicio de los proyectos para que después nuestras competencias sean valoradas.

 

¿Qué consejos le darías a una mujer con talento que aspira a ocupar puestos de dirección?

Tres consejos. El primero sería que esté conciencie que nadie hace todo; los colegas del género masculino tampoco. Es importante hacer ver sus fortalezas laborales, y su set único de aportaciones a la organización. Segundo, que busque una red de apoyo interna para su desarrollo profesional y laboral. Tercero, que cuide de si misma y su salud. 

 

¿Cómo se construyen las bases para el impulso del liderazgo femenino? 

Hay que observar los obstáculos desde el lugar dónde se generan, las brechas salariales suelen generarse desde la primera contratación, luego viene el suelo pegajoso y aceptar el primer puesto de liderazgo en condiciones de desventaja. Un concepto que me gusta mucho presentar y que todos entendemaos es el de los peldaños que se vuelven angostos pues en condiciones de desigualdad las mujeres tenemos usualmente proyectos de menor impacto, presupuesto, recursos y por lo mismo en procesos de evaluación del desempeño demostramos menos competencias que los colegas del género masculino. Esto hay que erradicarlo de forma organizacional y con acciones afirmativas para que después evitemos los embudos que son una especie de profecías autocumplidas.

 

¿Cómo conseguir más mujeres líderes en todos los ámbitos?

Con condiciones de trabajo que se adapten a la vida de las mujeres, flexibilidad laboral, prestaciones acordes a las etapas de vida, salarios equitativos que permitan a las familias que lo requieran crear estructuras de cuidado de las personas que lo requieren que no recaigan en la mujer que desea tener una carrera y una familia. Aunque cada caso es diferente, es importante entender estas condiciones sistémicas.