IV Edición: Recursos energéticos & mineros

El valor social como motor para transitar a un consumo más sostenible

El factor clave será establecer relaciones estratégicas con los stakeholders para garantizar el cambio global hacia una economía circular.

Hace 5 años, Bárbara Gómez, ingresó al mundo del reciclaje, con el propósito de abogar por la economía circular. Actualmente, como directora de Sostenibilidad y Valor Compartido de Desafío Ambiente, apoya al desarrollo sostenible en Chile, impulsando a las empresas a transitar a un consumo más responsable de los recursos, con un valor social agregado.

“En mi opinión, un factor clave, es establecer relaciones estratégicas con los stakeholders: Entidades gubernamentales, ONG, academia, líderes de opinión, movimientos medioambientales, medios de comunicación, comunidad, inversionistas socio ambientalmente responsables y empresas comprometidas con el medioambiente”, destaca.

Añade que, sin duda, se ha producido una evolución en la mentalidad y visión de los stakeholders, con ideas más disruptivas, en la cual se considera el ecodiseño, la tecnología, la innovación y factores sociales, como núcleo para un desarrollo más sostenible. Gracias a las nuevas generaciones, siendo los Millennials  fundamentales para lograr el cambio ambiental esperado.

 

Muchas empresas reconocen encontrar barreras a la hora de implementar estrategias para contrarrestar el cambio climático. ¿Cuáles considera son los principales obstáculos que ha enfrentado como directora de Desafío Ambiente?

La emergencia climática, nos obliga como consumidores a replantear los hábitos de vida y urge a empresas, a cambiar su propósito hacía una economía circular e inclusiva, que tenga en cuenta lo social y lo ambiental. Sin embargo, aún existen barreras de entrada en la industria como las siguientes: 

  • Viejos paradigmas en las planas de alta dirección al interior de las organizaciones, las que priorizan el crecimiento económico, por sobre el cuidado del medioambiente y no invierten en prácticas sustentables. 
  • Escasa Planificación Estratégica de Sostenibilidad Corporativa y Alineamiento ODS / DJSI.
  • Empresas que no implementan estrategias de economía circular y que prefieren enviar a relleno sanitario sus residuos.
  • Barreras en políticas gubernamentales y certificaciones. Por ejemplo, no consideran la madera plástica, como un nuevo material de construcción.
  • En la opinión pública, aún existente la creencia que lo reciclado no es estético.
  • El precio de los productos circulares y amigables con el medioambiente es más elevado.
  • Barreras de entrada, en la incorporación de pellet reciclado para generar nuevos envases en la industria alimentaria por temas de normativas gubernamentales sanitarias.

                            

Las empresas que siguen los criterios de compromiso con los factores ambientales y de responsabilidad social son las favoritas de los “stakeholders''. ¿Cómo describiría los atributos de estos individuos o grupos interesados en el medioambiente? ¿Ha podido identificar una evolución de los “stakeholders'' a nivel generacional: Entre Boomers, Millennials o generación z?

Los Boomers tienen gran capacidad adquisitiva puesto que, ocupan posiciones importantes en las organizaciones, por tanto, se podría encausar a realizar inversiones más sustentables, como bonos verdes.

Por su parte, los Millennials, envían un mensaje alto y claro a las empresas, tomando en cuenta sus políticas de sostenibilidad. En este sentido, sus decisiones de compra están basadas en pagar más por productos ecológicos. Además, son el sector más grande de la población, por tanto, fundamentales para lograr el cambio ambiental.

En cambio, la Generación Z es la que más se preocupa por el bienestar del planeta e influye en los demás para que tomen decisiones de compra centradas en la sostenibilidad. Un claro ejemplo es el “efecto Greta”, que a través del movimiento Fridays for Future, aboga por la economía circular, donde los productos y servicios tienen varios usos y prima un consumo más responsable de los recursos. También, surgen otras iniciativas sociales como "Zero Waste" cuyo principal foco es reducir y reutilizar. 

      

¿Cuáles decisiones estratégicas adoptadas en materia de medio ambiente son esenciales para que las “empresas del futuro, o de la era de sostenibilidad”, implementen como parte de la dirección empresarial?

En un mundo dinámico, la sociedad requiere cambios por parte de las empresas. Por lo tanto, deben modernizar su core business, de forma más justa y respetuosa con el ecosistema global. Se debe integrar armónicamente, el crecimiento económico, junto al cuidado social y medioambiental.

Además, es necesario que migren de la lógica de la economía lineal hacia la circular, en la cual los residuos pasan a ser recursos y se vuelven a integrar a la cadena de valor. De esta manera, ir llevando hacia la política zero waste to landfill.

Del mismo modo, las empresas deben desarrollar una estrategia climática profunda, a través de la descarbonización exhaustiva y transformar las estrategias empresariales para alcanzar los objetivos de cero netos. Para esto, es necesario experimentar con nuevos materiales, que sustituyan a aquellos que tienen una enorme huella ambiental. Como por ejemplo, nuestra madera plástica; elaborada100 % con plástico reciclado y que evita la tala de árboles.

                           

Desafío Ambiente pone foco en la economía circular y el reciclaje. ¿Cómo ha sido el proceso de trabajo colaborativo y de articulación entre empresas- comunidad- medio ambiente?

Tengo la convicción que el diálogo con otros actores de la cadena de suministro,  nos ayuda a que las empresas prioricen el reciclaje. De esta manera, se asegura que la sostenibilidad se incorpore, y así apoyar el cambio global hacia una economía circular.

Como directora de Sostenibilidad y Valor Compartido, he puesto mucho énfasis, no solo en reciclar y fomentar la economía circular. Me inspira el valor social. Pienso que es el motor clave en el proceso de articulación, entre el mundo privado y el público.

Por esto, intento desarrollar iniciativas de triple impacto, mediante las que una empresa recicle sus residuos plásticos y los transforme en equipamiento sustentable para donar a comunidades vulnerables.                 

                          

¿Qué esfuerzos en I+D+i supone este tipo de estrategias para la compañía Desafío Ambiente? ¿Hacia dónde va dirigido este esfuerzo en el ámbito de diseño y desarrollo de productos sostenibles a corto y medio plazo?

Nuestro modelo de negocio sostenible está basado en I+D+ I, en el cual nuestro equipo multidisciplinario, busca permanente dar soluciones a la problemática de contaminación por plásticos, a lo largo de Chile y, actualmente, en un plan de expansión internacional en Miami, Estados Unidos.

El esfuerzo va dirigido, entonces, a la creación de nuevos productos circulares, y a la incorporación de nuevas tecnologías para la sustentabilidad y al ecodiseño. Todas en el corto y mediano plazo.

                         

Por último, ¿cómo visualiza el futuro de la revolución de la sostenibilidad en base a las circunstancias actuales, y lo cercano que está el 2030, para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)?

Lo visualizo con optimismo. Son cada vez más las industrias y consumidores que se suben al carro de esta revolución circular y algunas con la convicción de poder, realmente, contribuir al cumplimento de los ODS de las Naciones Unidas.

Sin embargo, otras, porque las leyes las obligarán, como es la entrada en vigencia  de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor 20.920, que obliga a las empresas productoras a hacerse cargo de sus envases, incluso después de que llegan a los consumidores. Con la premisa: "El que contamina, paga".

La contaminación por plásticos es un grave problema para los océanos y millones de personas dependen de este para su subsistencia. Por tanto, la situación actual debe cambiar si queremos cumplir con el ODS 14: “conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible”. 

La transición hacia un modelo productivo sostenible y circular es necesaria, dado el elevado nivel de residuos que generamos y el alto impacto que tienen sobre el medio ambiente.