Para trabajar con la comunidad hace falta un don y corazón

“Tenemos una responsabilidad como líderes comunitarios. Asumimos seriamente ese compromiso y lo entendemos como una oportunidad de formar a los futuros líderes de Atlanta.”

Louis Negrón tiene una personalidad que difícilmente pasa desapercibida. A leguas se nota que es un hombre capaz de mover montañas por la fuerza de sus convicciones y su pasión por lo que hace. 

Nacido y criado en California, por sus venas corre sangre negra y latina, pues sus padres son puertorriqueños. Desde pequeño asumió que su identidad está definida por esas dos culturas pertenecientes a las dos grandes minorías que habitan este vasto país. 

Su vocación por ayudar a los más vulnerables la sintió desde muy joven y por ello decidió que su senda profesional sería el mundo de las organizaciones sin fines de lucro. Tuvo grandes maestros, entre ellos Marian Wright Edelman, destacada defensora de los derechos de los niños y familias en situación de riesgo en Estados Unidos, fundadora de Children's Defense Fund. Allí llegó Negrón a sus 18 años para iniciarse como pasante. 

Su trayectoria de más de 20 años incluye haber trabajado en organizaciones como Year Up, United Way of Atlanta, United Way of Transylvania County, Operation HOPE y Supportive Housing Communities en Charlotte, Carolina del Norte. Todas ellas reconocen su destacado liderazgo e increíble habilidad para recaudar fondos.

Desde febrero está al frente de 100 Black Men of Atlanta, organización fundada en 1986 para atender a la juventud menos favorecida de Atlanta mediante becas estudiantiles, soporte a los estudiantes de educación superior y recursos a profesionales recién formados para iniciarse en la vida profesional con buen pie. 

Su objetivo es muy claro: hacer de 100 Black Men of Atlanta la principal organización protectora de la infancia en Atlanta y el grupo más importante de mentores voluntarios de la ciudad. Y dice que para lograrlo es necesario tener una visión holística para entender la realidad de la comunidad. Puede ser que su fórmula esté dando resultados: en septiembre Louis Negrón fue reconocido como uno de los 50 latinos más influyentes de Georgia, distinción que entrega anualmente la Cámara Hispana de Comercio de Georgia.

Pero, más allá de ese merecido reconocimiento, en el poco tiempo de su gestión Negrón ha demostrado habilidad para identificar las necesidades dentro de la comunidad a la cual sirve surgieron tras la llegada de la pandemia y ha sabido encaminar los cambios dentro de la organización para garantizar que esas necesidades sean satisfechas. 

 

Asumió las riendas de 100 Black Men of Atlanta en medio de la pandemia. ¿Cómo influyó este relevo en tiempos tan convulsos en el manejo de la organización? 

La llegada del Covid transformó no solamente la vida de millones de personas en todo el mundo, sino que con ello también la dinámica de la sociedad y las necesidades de las comunidades, entre ellas la que atendemos en 100 Black Men of Atlanta.

La estabilidad mental y emocional de las familias sufrió un duro revés; muchos perdieron sus trabajos, otros tantos no pudieron seguir pagando sus hipotecas o alquileres, tuvieron que enfrentarse a dificultades económicas de proporciones desconocidas.

El miedo y la incertidumbre se apoderó de nosotros. Esto sin mencionar a los seres queridos que se fueron víctimas de la pandemia: madres, padres, hijos, abuelos. Entonces, para muchos, nuestra organización se convirtió en el único salvavidas disponible.

Y esa era la realidad que a gritos pedía atención inmediata. Comprar ropa, donar zapatos, entregar comida semanalmente para asegurar al menos una comida balanceada. Atención médica. Cursos virtuales para ayudar a la formación profesional en tiempos donde no se conseguía trabajo o perdían el que tenían con una gran facilidad. Muchas organizaciones se vieron obligadas a adaptarse violentamente a los nuevos tiempos, evolucionar para lograr sobrevivir. Nosotros entendimos que el momento tan incierto demandaba nuestro liderazgo y compromiso con la comunidad.

Aprendí que tenía que ganarme la confianza de nuestra gente, acercarme a ellos, escucharlos, entender qué necesitaban y demostrarles mi compromiso por lograr hacer realidad esas demandas. Muchos me conocían por mi trayectoria comunitaria y eso me ayudó en ocasiones a romper la barrera del escepticismo. Para mí es fundamental incorporar y atender el aspecto espiritual y humano que se esconde detrás de cada rostro, de cada familia, a mi estilo de liderazgo. Y eso me ha permitido conectar profundamente con mi comunidad. 

 

En junio, 100 Black Men of Atlanta fue reconocida como la mejor  seccional del año por su organización matriz. ¿Qué hicieron ustedes diferente a las otras 8 seccionales que existen en el país?  

100 Black Men of America, nuestra organización principal, premia los esfuerzos programáticos destacados y los resultados que obtienen cada una de las seccionales al promover nuestra misión global, porque te recuerdo que en todo el mundo existen más de 100 capítulos. Globalmente superamos los 10.000 miembros, aunque en Atlanta nuestra membresía está cercana a los 200.

Debes demostrar un liderazgo sobresaliente en las cuatro áreas de nuestro enfoque programático global: tutoría, educación, salud y bienestar y empoderamiento económico. Y lo hicimos posible gracias al compromiso y dedicación no solamente de nuestros miembros sino de nuestros patrocinadores, quienes comprendieron que nuestra comunidad necesitaba mayores recursos para atender una variedad más amplia de carencias. En 2020 pudimos garantizar becas estudiantiles por más de US$160.000 y en lo que ha transcurrido de 2021 nos acercamos a los US$250.000.

En medio de la pandemia 26 estudiantes de 5 universidades completaron exitosamente el programa que los prepara para desarrollar “soft skills” fundamentales para ingresar exitosamente a la fuerza laboral. Extendimos y ajustamos nuestro programa de formación continua para adecuarnos a las exigencias de los nuevos tiempos y dotamos a maestros con computadoras y software educativos.

Pero  además, durante varios meses, proporcionamos entre 100 y 200 bolsas de comida semanales a nuestra comunidad, donamos ropa y calzado a muchos de nuestros miembros. Atendimos sus necesidades de salud. Les proporcionamos albergue.

Iniciamos nuestro programa de justicia social “Operation Community Uplift” que culminó con varias sesiones de intercambio con nuestros jóvenes y varios seminarios de salud mental; logramos por primera vez reunirnos en el Capitolio con el gobernador Brian Kemp. Todo eso luego de entender, como te comenté antes, que nuestro radio de acción tenía que ampliarse y sumar en este esfuerzo a nuestros patrocinantes. 

 

Usted viene con la misión de integrar a dos comunidades, la latina y la negra, que constituyen las dos grandes minorías en la ciudad. Con muchas carencias, en muchas ocasiones marginados, pero que históricamente no han entendido la importancia de aunar esfuerzos para lograr mayores reivindicaciones. Por el contrario, se pueden llegar a identificar como rivales. ¿Cómo piensa lograrlo?

Yo pienso que es fundamental un liderazgo humano, que justamente entienda esas diferencias porque no puedes simplemente imponer que todos tienen las mismas necesidades y la misma visión de su entorno. Quizás porque conozco esos dos mundos puedo identificarme con cada lado de una manera genuina y honesta.

Puede ayudar que te sientan como “uno de los suyos”, pero al mismo tiempo demostrarles que no estás allí para tomar partido, sino trabajar por sus necesidades, que en muchos casos son las mismas. Datos recientes del censo arrojan que la realidad demográfica de Atlanta está cambiando.

El número de nuevos residentes de raza blanca superó el crecimiento de la población negra, que dejó de ser la mayoría en la ciudad pese a seguir siendo el mayor grupo racial, casi la mitad de los habitantes de Atlanta. Y una vasta parte de ese 47% al cual me refiero vive en condiciones de extrema pobreza y sin ningún tipo de oportunidades para surgir o al menos mejorar sus condiciones de vida.

Por otro lado, estamos viendo la llegada constante de población latina que ha escogido migrar a la ciudad por creer que existen mayores posibilidades de surgir, aunque luego la realidad les golpea la cara. Entonces, vamos a unirnos. Vamos a reconocernos, a trabajar juntos. A entender que de la unión nace la fuerza. Dejar de lado los prejuicios que muchas veces nosotros mismos nos imponemos.

Hay que formarse, prepararse. Aprovechar cualquier oportunidad que nos brindan para desarrollar habilidades y demostrar nuestras capacidades para superar nuestra vulnerabilidad como comunidad. Yo vine aquí a demostrarle a la juventud que hay un camino diferente a través del cual pueden garantizarse un futuro brillante.

Eso sí, requiere de mucho esfuerzo. Yo quiero que el día de mañana, cuando yo no esté, digan que Negrón puso todo su empeño y corazón para ayudar a la comunidad negra y latina de Atlanta. Para cumplir con el compromiso hay que tener corazón y yo vine a dejar mi corazón en esto.