Hacia una sostenibilidad educativa sustentada en herramientas digitales
Entonces, se puede describir la sostenibilidad como la condición o cualidad generable a partir de la implementación de modelos, estrategias y sistemas enfocados al desarrollo sostenible.
“Una actividad sostenible es aquella que se puede conservar” (Fuente: https://bit. ly/35y2aQD). O sea: solo será sostenible aquello que perdure en el tiempo, con calidad, y sin desmedro de lo que vendrá después.
Ahora bien: siendo la sostenibilidad un resultado, no es posible un mundo ni un país sostenible sin una educación para la sostenibilidad, que a su vez, sea ella misma sostenible.
Hacia una educación sostenible
Podríamos definir la educación sostenible como aquella capaz de sostener, actualizar, innovar y renovar sistemáticamente sus procesos con participación de todos los actores necesarios y un uso efectivo (eficaz/ eficiente) de los recursos, de un modo que permita la mejora continua de sus resultados, la expansión de su alcance e impacto y su crecimiento permanente en el tiempo, conectado y respondiendo a las nuevas demandas educativas que vayan emergiendo del entorno.
La educación es un sistema integrado por diferentes procesos, cuyo centro es el tradicionalmente llamado proceso docente educativo o de enseñanza-aprendizaje (entre otras denominaciones). Ellos requieren hoy un abordaje cada vez más digital, si se pretende su sostenibilidad; y algunos pueden definirse así:
- Interacción socioeducativa. La socialización productiva que se desarrolla entre los diferentes actores del proceso: estudiantes, educadores, familia, directivos educacionales y toda la comunidad educativa.
- Investigación. Búsqueda constante de información sobre y desde la realidad, para incorporarla, procesarla, utilizarla, validarla y transformarla en nuevo conocimiento aplicable.
- Integración entre teoría y práctica. Aplicación a situaciones prácticas de los conceptos incorporados en la investigación, que propicia procesos cognitivos como análisis y síntesis, inducción y deducción, extrapolación y contextualización, y arribar a conclusiones sobre la validez, pertinencia, funcionalidad y viabilidad de la teoría aplicada.
- Producción intelectual. Todo ejercicio del intelecto mediante el cual un estudiante obtiene un resultado, es un proceso productivo. Sus productos entregables son diversos; obviando niveles, caben ejemplos como resúmenes, informes de lectura o investigación, artículos, ensayos, esquemas, mapas conceptuales, trabajos de grado.
- Difusión intelectual. Poner al alcance de la sociedad, a través de diferentes medios, el nuevo conocimiento incorporado o generado a través de los procesos educativos, con lo cual también se educa a quienes lo reciben y utilizan.
Estos procesos (y otros varios) están interconectados y deben ser gestionados como un sistema, cuya sinergia resultante sería el nivel de aprendizaje significativo logrado y su aplicación -simultánea o posterior- al desarrollo. Dicho enfoque sistémico contribuye a la sostenibilidad de los procesos educativos, integrando en un mismo resultado o grupo de ellos los aportes de diferentes actores, estrategias, procesos y herramientas, generando vías y espacios para su consulta, utilización y enriquecimiento en el tiempo.
Educando con herramientas digitales
En la actual dinámica glocal (global/local), el mejor soporte de la sostenibilidad educativa es la digitalización y virtualización de los procesos homónimos: un mundo que fluye rápida e irreversiblemente hacia ese entorno, demanda procesos educativos gestionados mediante herramientas digitales, especialmente -aunque no únicamente- en condiciones de pandemia.
Algunas de ellas, agrupadas según sus objetivos, son Google, Wikipedia y Youtube, para la búsqueda de información; Moodle, Edmodo, WebRoom, Zoom, Whereby y Webby, para la docencia interactiva virtual; Pocket y OneTab, para la curación de contenidos; Wordpress, Medium, Blogger y GoNevis, para crear productos escritos en formato de blog, compartibles, consultables y comentables en línea; Canva y Trello, para la creación de imágenes, esquemas y otros formatos visuales; Google Docs, Adobe, FEgo, para crear documentos y libros digitales.
También tenemos las redes sociales (Twitter, Facebook, Instagram) y profesionales (Linkedin, Redolac, Academia), para difundir información e interactuar sobre ella; WhatsApp y Telegram, apps de mensajería con visión y gestión ampliada hacia la colaboración educativa; Slack, Notion y Evernote, para el trabajo colaborativo integral y mejorar la productividad, así como Creative Commons y Safe Creative, para gestionar y proteger derechos intelectuales; entre otras muchas herramientas cuya utilización inteligente puede contribuir a hacer cada vez más sostenible la educación de hoy, enfocada al mañana.
FEgo, la herramienta
Entre las herramientas digitales más recientes cuyo uso puede contribuir a la sostenibilidad educativa, destaca por su gran potencial, FEgo, red social profesional perteneciente al ecosistema digital anfitrión de este artículo. Integra diversas funcionalidades: creación y difusión de libros digitales, interacción autor/lector o entre lectores, colecciones temáticas, red social, botones de difusión, etc. Esta herramienta puede ser utilizada como repositorio digital multitemático e interactivo para los diferentes tipos y niveles de educación: funciona y aporta valor para docentes, estudiantes, directivos educacionales, familias y comunidades. Próximamente, en mi espacio de autor en FEgo (https://www. fego.digital/ProfesorEstrada), lanzaré un libro digital gratuito donde abordo este asunto. La sostenibilidad educativa nos beneficia a todos ahora y hacia el futuro, y todos debemos involucrarnos en su materialización.