En un entorno en el que existen oportunidades, pero también mayores riesgos, los retos de las pequeñas y medianas empresas crecen, ya que los demás participantes dentro del área de negocios en los que cada empresa desarrolla sus actividades pueden aprovecharlas o desaprovecharlas, cediendo espacio a nuevos participantes.

El éxito de las empresas dependerá del grado en que estas estén alerta a las oportunidades y retos mencionados, y que además estén preparados para aprovecharlas.

Las áreas en las que la administración debe estar segura de que están preparadas para aprovechar las oportunidades, van desde la estructura operativa y administrativa, que le permitan atender el incremento de las operaciones existentes o nuevos negocios relacionados, la capacidad de la infraestructura interna que permita atenderla en un lugar preponderante, la capacidad del personal de la empresa para entender y manejar esos nuevos retos y oportunidades.

La administración, en el proceso de seleccionar de personal busca asegurarse que el talento tiene los conocimientos, habilidades y disposición para atender las funciones que le son asignadas.

Dentro de las herramientas que la administración de la empresa debe entregar a su personal, para que estos entiendan y atiendan sus funciones, están: el perfil de puesto que se le asigna, en donde se describen de una manera clara las actividades que tiene que realizar, la forma de realizarlas, cuáles son sus fuentes de insumos para desarrollar sus tareas y a quien le tiene que entregar y reportar el producto de su trabajo; todos los manuales de políticas, métodos y procedimientos que requiera para desempeñar sus obligaciones; las herramientas para desempeñarlo (en el caso del trabajo manual: pinzas, desarmadores o lo que sea, y si es más de supervisión o administrativo, computadoras, lápices, etc.); y la capacitación que sea necesaria para que pueda practicar y dominar las labores que se le asignen.

Cuando la empresa pretende ampliar o diversificar sus actividades, debe tener la forma de buscar primero los recursos materiales, humanos y financieros dentro de la organización para sentar la base de coherencia y continuidad de la organización y complementarla con recursos adicionales externos que aporten el complemento necesario.

Por lo anterior, la capacitación no debe quedarse en enseñar al personal a hacer su trabajo bien, también debe darle los elementos para estar preparado para manejar nuevos retos o tecnologías.

La capacitación debe estar dirigida a un desarrollo integral tanto de las personas que trabajan en la empresa como en la organización. Esto quiere decir que la administración debe generar programas continuos de capacitación que permitan que los trabajadores tengan la oportunidad de desarrollarse de una manera muy alineada con los planes de desarrollo de la entidad.

Una vez que la administración se asegure que cuenta con un personal altamente capacitado, estará en mejores condiciones de enfrentar retos y tomar nuevas oportunidades para alcanzar un mayor éxito.