Una líder alza su voz y toma decisiones con empatía

Una de sus mayores motivaciones radica en poder servir y abonar a los procesos de transformación de las personas, especialmente de aquellos grupos históricamente vulnerables, los cuales considera de prioritaria atención.

Marta Herrera está consciente del poder de la palabra, del ejemplo y de la coherencia en el actuar, hacer y pensar. Eso lo ha evidenciado a lo largo de su carrera, primero en el sector privado, dentro de CEMEX   como Directora de Responsabilidad  Social y Desarrollo Comunitario a nivel nacional, y posteriormente como  Directora Global de Impacto Social.

Luego, desde octubre de 2021, pasa al sector público, donde asumió el cargo como Secretaria de Igualdad e Inclusión y Coordinadora del Gabinete de Igualdad para Todas las  Personas del Gobierno del Estado de Nuevo León. 

No cabe duda que Herrera es una líder a carta cabal y se toma la responsabilidad de ser ejemplo muy en serio, sobre todo la influencia que puede tener en otras mujeres: “Tomar este tema como una causa por la que luchar es primordial, ya que de esta manera he podido inspirar, sabiendo que hubo mujeres que allanaron mi camino y ahora quiero hacer lo mismo con otras y generar leyes, programas y acciones como activista poniendo al centro a la igualdad de género”. 

Licenciada en  Estudios Internacionales, Herrera también fue presidenta del Consejo de la Red Mexicana de Pacto Mundial de las Naciones  Unidas, Presidenta de la Red ARISE en México y  Vicepresidenta de ARISE-UNDRR a nivel global. Su activismo y liderazgo, la ha llevado a integrar más de 30 consejos y  mesas directivas de múltiples organizaciones de la sociedad civil de  Nuevo León, México y el mundo y ha recibido más de 40 reconocimientos a nivel local, nacional  e internacional por su trayectoria y liderazgo.

“En muchas ocasiones, podemos estar liderando y también aprendiendo de otras. La sororidad es para mí un valor fundamental, que se refleja en el compartir, contar nuestras historias, inspirar y conectar con otras. Además, cada vez que tengo la oportunidad de ser guía para aquellas que se acercan a pedirme un consejo, lo hago como coach, mentora y sponsor de otras mujeres, para cerrar la brecha, abrir el camino hacia nuevas oportunidades y conseguir metas comunes”, afirma. 

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¿Cuál considera que es el impacto del liderazgo femenino?
Para dimensionar el impacto del liderazgo de las mujeres, te quiero compartir tres datos super importantes: 

-El primero del “World Development Report” del Banco Mundial, que dice que los países que promueven la igualdad de género en términos de participación política y liderazgo de las mujeres experimentan un crecimiento económico más rápido. 
-Y dos, con base al estudio The Power of Parity, realizado por el Instituto de investigación Global de McKinsey, los países con mayor participación de mujeres en el mercado laboral y en roles de liderazgo político y empresarial tienen un desempeño económico más sólido.
-Y de acuerdo a CEPAL, en América Latina, se estima que si se reconociera el liderazgo de las mujeres en las labores de cuidados dentro de la economía formal, la pobreza en 18 países podría reducirse entre 1 y 2 puntos porcentuales.

Las cifras no mienten: invertir en la igualdad de género es apostar por una diversidad de pensamiento enriquecedora que fomenta la innovación, empodera a las mujeres, fortalece la economía, aumenta la productividad empresarial y contribuye a la sostenibilidad de las empresas. Esto último está más que ampliamente comprobado.

Después de su experiencia en el sector privado, ¿Por qué decide incursionar en el sector público? ¿Qué la motiva?
Yo tuve la gran fortuna de ver cómo en una misma empresa se podían implementar estrategias de crecimiento incluyentes, creando valor compartido para las personas, el planeta y en el ecosistema de la Responsabilidad Social. Este aprendizaje me resultó muy relevante para asumir mis responsabilidades desde mi rol como Gobierno, y articular la interacción entre desarrollo y derechos humanos como Secretaria de Igualdad e Inclusión. 

Las vivencias en la responsabilidad social empresarial tuvieron incidencia hasta en el propio nombre de la Secretaría, con el que además declarábamos su vocación de construir un piso parejo para todas las personas, incluyendo para igualar e igualando para crecer, sin dejar a nadie atrás. 

Aprendimos también, que la vida de las personas no está dividida en ventanillas, como sí lo estaban las soluciones propuestas en el pasado, por lo que generamos una Política Social digna de ese nombre que integrara todas las soluciones que los tres niveles de gobierno ofrecían para ampliar oportunidades y generar capacidades en las personas a través del fortalecimiento de los factores de protección, como la Alimentación, Salud, Educación, Trabajo e Ingreso y Vivienda y con las que apostamos a alcanzar nuestro ideal de los cinco ceros: cero pobreza, cero hambre, cero desigualdad, cero discriminación contra las mujeres y cero violencia. 

¿Qué me motiva? Me motiva saber que es desde el sector público donde se pueden hacer los cambios estructurales y de transformación que nuestra sociedad demanda, con un impacto masivo a través de la instrumentación de políticas y leyes que mueven la aguja hacia el progreso. Y con ello, me motiva doblemente la posibilidad de dejar un presente y futuro mejor a mis hijos, nietos y futuras generaciones. 

A mí me inspiran esas mujeres que no escogieron su campo de batalla, pero sí cómo luchar. Mujeres guerreras que no se rinden y que todos los días buscan una mejor calidad de vida para ellas, sus familias y sus entornos.

Incluso, una de mis mayores motivaciones, radica en que mi propósito de vida es servir y abonar a los procesos de transformación de los demás,  especialmente de aquellos grupos históricamente vulnerables y a los cuales yo considero como grupos prioritarios de atención. 

Creo, que como ciudadanos, sujetos de derechos y obligaciones, debemos ir más allá. Nuestra responsabilidad es reconocer que si tenemos la capacidad, la determinación, la voluntad y el talento, debemos ponerlos a disposición del bien público, en beneficio de los demás.

¿Qué tipo de leyes o iniciativas son necesarias en México para impulsar el empoderamiento femenino y la transformación social hacia la igualdad de género?
Es urgente seguir sumando y promoviendo leyes que empoderen a las mujeres y que resuelva estos cuatro puntos, que para mí son esenciales: 

1. La desigualdad socioeconómica y la persistencia de la pobreza en un marco de crecimiento excluyente; 
2. Los patrones culturales patriarcales discriminatorios y violentos que hacen predominar la cultura del privilegio, 
3. La división sexual del trabajo y la injusta organización social de la economía del cuidado, desde la infancia hasta la vejez, en el ciclo de vida de las mujeres, y 
4. La concentración del poder. De lo rural a lo urbano y como el territorio puede profundizar la desigualdad de género. 


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¿Cómo cree que su experiencia en la creación de alianzas y colaboraciones puede contribuir a mejorar la representación y participación de las mujeres en la política? ¿Cuándo veremos más mujeres en puestos de tomas de decisiones en México?
Siempre he dicho que lo que nos toca es “poner manos a la obra” para que, a través del trabajo en equipo y la experiencia positiva de los pactos colaborativos y las alianzas estratégicas, podamos conectar recursos, resolver y construir capacidades para que, desde un esfuerzo conjunto e intersectorial, gobierno, empresas y sociedad civil coloquen a las mujeres en el centro de sus políticas, estrategias y acciones. 

Por ello, es importante que reconozcas a tus aliados y aliadas y observes cómo pueden ser un impulso para lograr tus objetivos ¡Conecta, crea tu red de soporte y colabora! Solo en equipo es que las distancias se acortan y se logran grandes cosas, y las mujeres debemos aprender que no somos “superwoman” y también podemos recibir ayuda y apoyo de otras desde la sororidad.

Pregúntate a quién debes conocer. Acércate a pedir consejo. Busca ese mentoring y piensa que también tú puedes ser mentora y empoderar a otras mujeres. 

Hay una historia que cuenta que si Dante Alighieri escribiera en nuestra época la “Divina Comedia” en el “purgatorio”, estarían todas las mujeres que habiendo podido ayudar a otras mujeres, no lo hicieron. Y las mujeres, sin importar el cargo que ocupemos, tenemos el compromiso de impulsar el crecimiento de otras mujeres. Por eso, requerimos tejer redes para crecer en sororidad, pues la sororidad es un pacto entre nosotras las mujeres.

Yo justo soy parte de una Red fundada por nuestra querida defensora mexicana, María Elena Chapa, quien me invitó en conjunto con otras 35 mujeres tomadoras de decisiones a unirme a un frente plural para que en Nuevo León (el estado del que yo vengo) las mujeres tuviéramos la plenitud del ejercicio de nuestros derechos e impulsar la paridad de género como un principio a transversalizar tanto en el sector público, como en el sector privado como herramienta para garantizar nuestra participación. 

¿Ahora que México ha elegido a una mujer presidente, ¿cómo vislumbra el futuro del país?
México es un país de mujeres, basta con decir que somos la mayoría de la población,  además, desde hace varios años, hemos vivido la experiencia de que nuestras entidades federativas sean gobernadas por mujeres. 

Es cierto, es elemental que lleguen mujeres a la presidencia, pero más allá de la representación simbólica, resulta clave, sobre todo que llegue una agenda en beneficio de los derechos y autonomía de las mujeres, independientemente del género de quien llegue a ocupar la silla presidencial. Esto implica que sea una agenda progresista, con perspectiva de género, interseccionalidad, enfoque de infancias y de cuidados y que sea compatible con la agenda regional de género promovida por la CEPAL.

Y tres, pienso que la democracia excede con mucho lo electoral, y la verdadera democracia se da en la defensa y en la vivencia cotidiana de los derechos humanos de todas las mujeres.

¿Cuál es su visión para el futuro del liderazgo femenino en México y cómo planeas contribuir a su fortalecimiento y consolidación?
Primero, decir que existe una carga desproporcionada y limitante ligada a las tareas de cuidados que afectan el liderazgo de las mujeres y niñas en nuestra capacidad para tomar decisiones y acceder plenamente a aspectos fundamentales de nuestras vidas, como el trabajo, la educación y el tiempo para el disfrute y la recreación.

Dos, los cuidados han estado asociados históricamente a las mujeres debido a la injusta división sexual del trabajo. Por lo tanto, debemos promover un equilibrio en la tarea de los cuidados a través de la corresponsabilidad, para contribuir al fortalecimiento del liderazgo de las mujeres. 

Y tres, por ello, una de mis grandes apuestas es lograr la Fundación de un Sistema Nacional de Cuidados en nuestro país, que permita ampliar derechos e invertir en los cuidados como el camino para generar oportunidades mediante el reconocimiento del derecho a cuidar y ser cuidado como el cuarto pilar del desarrollo.

 
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¿Cuál sería su mensaje para la nueva generación de mujeres?
Sigamos soñando en grande y dando pasos firmes y con contundencia a lograr resultados concretos, incluso si son pequeños. 
 
Estos pasos firmes nos permiten avanzar con arrojo e inteligencia y al mismo tiempo construir lazos afectivos, viéndonos a los ojos los unos a los otros, liderando con el alma y liderando para servir. 

Busquemos liderar desde el corazón, eso nos permite amar a los demás, desarrollar más empatía y estar en constante aprendizaje, siempre alineadas con nuestros valores y propósito.
 
Inspiremos a otras, y dejemos una huella positiva, seamos capaces de actuar, y pasar del dicho al hecho. 
 
Ser personas que trabajan y están dispuestas a darlo todo bajo una cultura de respeto y participación activa desde lo público, que nos permita alcanzar esa gran aspiración que tenemos para México, como el mejor lugar para nacer, crecer, educarse y vivir para todas personas, sin excepción. 

Ese es mi mayor anhelo que no les quepa duda.

 
Una mujer líder es aquella que lidera con el corazón, la inteligencia, el arrojo y la valentía.