Valorar el aporte de todos independientemente del género es un desafío

Para garantizar la continuidad y evolución del liderazgo femenino en las empresas es necesario promover políticas y prácticas laborales flexibles que fomenten el equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
 
Mercedes Martínez cuenta con más de 17 años de experiencia en Consultoría para la Industria de Servicios Financieros en Latinoamérica. A lo largo de su carrera profesional ha liderado proyectos de transformación de Negocios, Estrategias de Crecimiento Rentable, Nuevos Modelos Operativos, Rediseño Organizacional y Eficiencia Operativa en la Banca Retail para importantes Bancos de la Región, Cajas de Ahorros y Aseguradoras regionales y globales, en países como: República Dominicana, Panamá, Colombia, Perú, El Salvador, Guatemala y Venezuela. Adicionalmente, ha desarrollado experiencia en la implementación de programas de gestión del cambio como parte de los procesos de transformación que ha liderado.

Hoy es socia de Consultoría de Deloitte en Panamá. Y, precisamente, haber alcanzado esta posición lo que Mercedes califica como lo más gratificante de su carrera profesional.  “Haber alcanzado la mayor posición de liderazgo en mi carrera de consultoría como socia en la firma junto con el nacimiento de mi segunda hija… llevar ambos roles en simultáneo ha sido una gran experiencia llena de muchos retos y aprendizajes, soy afortunada de tener un esposo, una familia y una firma que me apoya en este camino, además de que cuento con una red de soporte que me apoya 100 % para poder avanzar profesionalmente, sin esto no sería posible continuar en mi carrera”, señala. 

¿Cuál ha sido el proyecto de transformación de negocios más desafiante que ha liderado? 
 
He tenido la oportunidad de liderar varios proyectos de Transformación de Negocios en la región, y podría concluir que, si bien han sido en diferentes países, con culturas distintas, contextos económicos particulares, etc., todos estos procesos han tenido desafíos comunes, y me gustaría enfocarme en cuatro: en primer lugar, el gran desafío de poder sumar a toda la organización en el proceso de transformación de negocios iniciando por el liderazgo de la organización; típicamente estos procesos suelen iniciar por los equipos comerciales y luego es determinante lograr que toda la organización vire hacia este nuevo modelo, el cual pone al cliente en el centro de todas las interacciones, razones, y motivos de la empresa; de no hacerlo se corre un riesgo de continuidad, calidad y consecución de beneficios. 
 
En segundo lugar, poder cambiar las formas de trabajo, enseñar nuevas metodologías y sus beneficios no sólo para el cliente sino también para el colaborador y la organización. Como tercer desafío, la cultura organizacional, empezando por la intervención y transformación de la alta dirección, hasta lograr adentrarse en el ADN de la organización, implementando estrategias e iniciativas que aseguren la adopción y continuidad del nuevo modelo. No se trata solamente de impartir capacitaciones, se trata de incentivar a los equipos a todo nivel para que quieran adoptar estas nuevas formas y estrategias y que vean los beneficios que conlleva. El cuarto reto, las resistencias y los detractores, que son comunes en los procesos de transformación, debemos mirarlos con cautela, prestar atención y definir estrategias para guiarlos y sumarlos al proceso de cambio. Lograr el compromiso de los equipos es fundamental para garantizar la alineación y, por ende, el éxito. 
 
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¿Qué obstáculos ha enfrentado como líder femenina en un campo predominantemente masculino como la consultoría financiera en la región?
 
Siempre encontraremos obstáculos en el camino, propiciados por personas de cualquier género. En mi experiencia, lo que he aprendido es a ser resiliente, a prepararme cada vez más y mejor, para propiciar conversaciones de valor. El verdadero desafío está en valorar el aporte de todos independientemente del género. 
 
Desde su experiencia, ¿qué oportunidades ve para continuar impulsando el liderazgo femenino en las empresas?
 
Muchas organizaciones ya cuentan con objetivos y métricas para fomentar el crecimiento del liderazgo ejecutivo femenino en sus empresas. Ahora bien, esto no se trata únicamente de definir indicadores, sino de sumar otros elementos y herramientas que garanticen la continuidad y evolución del liderazgo femenino a niveles ejecutivos, como por ejemplo promover políticas y prácticas laborales flexibles que fomenten el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, lo que permite a las mujeres avanzar en su carrera sin tener que sacrificar otras áreas de su vida personal. 
 
Tiene experiencia en países como República Dominicana, Panamá, Colombia, Perú, El Salvador, Guatemala y Venezuela, ¿cuál es la clave para sentarse en cada uno de estos países y liderar un proyecto?
 
Para mí la clave está en generar empatía con el cliente y el equipo, escuchar activamente sus necesidades y expectativas, conocer su cultura organizacional, así como la cultura del país es fundamental para entender sus formas de comunicarse, pensar y actuar. A partir de ahí poder construir relaciones de confianza que perduren en el tiempo. El otro punto importante para mí es poder formar equipos de alto desempeño (cliente – consultor), para generar y transferir el conocimiento y las herramientas necesarias para ejecutar exitosamente el proyecto, siempre retando a los equipos para que dejen las cosas mejor de como las encontramos.
 
¿Cómo desde su posición apoya y promueve el liderazgo femenino y el empoderamiento de las mujeres en los equipos de trabajo?
 
Me gusta dar coaching y orientación a las mujeres de mi equipo para que puedan avanzar en su carrera profesional, compartiendo mis prácticas y lecciones aprendidas a lo largo de mi carrera. Me gusta promover esquemas flexibles de trabajo que permitan al equipo manejar sus agendas y compromisos en función de las metas y los resultados planteados. En este sentido, las motivo para que encuentren el balance más apropiado para cada una, manteniendo siempre los esquemas de comunicación y haciendo seguimiento continuo a las metas y objetivos de cada persona. Además, promovemos apoyarnos entre nosotras cuando tenemos situaciones personales o familiares que atender, creando una red de soporte dentro de nuestros equipos para poder brindarnos apoyo entre todos, y buscando un balance entre lo personal y profesional.
 
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¿Qué consejos daría usted a las mujeres que aspiran a liderar proyectos de consultoría en la industria de servicios financieros en la región?
 
Hace mucho tiempo una gran mentora en mi carrera profesional me dijo que para poder avanzar debía trabajar en el “modelo operativo” personal y familiar para que las cosas continuaran funcionando mientras yo estuviera trabajando, de viaje, etc. En eso he trabajado por muchos años, definiendo mi red de apoyo que me permita avanzar en el ámbito profesional. Ha sido de los mejores consejos que he recibido a lo largo de mi carrera, y que también comparto con las mujeres con las que tengo la fortuna de trabajar. 
 
En tiempos donde todo avanza muy rápidamente, ¿cómo se mantiene actualizada con las nuevas tendencias de los negocios?
 
Mucha lectura, documentación, participación en foros y eventos globales y regionales de los temas más relevantes de mi industria; sumado a todo el contenido que nos brinda la firma, gracias a los equipos de investigación que ponen a nuestra disposición conocimiento, tendencias y buenas prácticas a nivel local, regional y global.