Tengo la dicha de haber encontrado desde muy temprano mi pasión

Serviendo un bien mayor y siempre honrado de oportunidades de llevar la bandera tricolor dominicana en alto, el Dr. Baéz cuenta con una exitosa trayectoria, tanto en Estados Unidos como en RD.

El Dr. Amado Alejandro Báez tiene una carrera profesional llena de éxitos. Desde su partida a Estados Unidos en 1999, luego de cumplir como Jefe Nacional de Operaciones Emergencias en la Cruz Roja Dominicana y de completar los trabajos asociados a la respuesta del devastador huracán Georges del 1998, “han sido unas décadas llenas de dicha y oportunidades bonitas”, señala.

“Al final soy el mismo joven que saliendo del seno de un hogar clase media (con muchas limitantes) en el año 1992, a los 18 años de edad me subí en una ambulancia de la Cruz Roja como voluntario y desde entonces encontré mi pasión por el servicio”, comenta con humildad cuando le preguntamos por los múltiples reconocimientos que ha recibido por su labor. “Cuando reflejo y miro atrás, a veces me siento con ese síndrome de impostor, me siento no merecedor de esas experiencias y oportunidades”, agrega.

Le motiva la innovación disruptiva, poder generar sinergias y colaboraciones sobre todo en la salud con una visión enfocada en hacer lo correcto para los más necesitados “entendiendo que la salud es un derecho fundamental, NO un privilegio”.

A pesar de haber pasado muchos años en el exterior,  nunca ha dejado de tener un inmenso y vivo deseo de colaborar y aportar a su país. En 2009, regresó temporalmente a República Dominicana, donde pasó a ser gerente de un Departamento Académico de Medicina de Emergencias y Medicina Crítica y, en la misma institución, Fundador-Coordinador Médico del 1er. Departamento de Medicina Internacional en Santo Domingo, ya con una visión de trabajar el turismo médico. También fue Decano Asociado de una de las Facultades de Medicina, donde desarrolló diferentes programas de fortalecimiento académico, acuerdos internacionales con múltiples prestigiosas instituciones y diferentes esfuerzos de innovación, apoyado por instituciones como la Organización Panamericana de Salud (OPS), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) la Agencia Española de Cooperación y el Departamento de Defensa de EEUU.

En el 2020 la Presidencia Dominicana le solicitó ser Asesor del Poder Ejecutivo y Director del Comité de Respuesta al COVID-19, siendo este un gran honor para él y, aún con cambio de gobierno, se mantiene como Asesor del Poder Ejecutivo, trabajando diferentes proyectos y con el increíble privilegio de poder seguir aportando a la salud de la República Dominicana.

 

¿Qué lo motiva a trabajar por la salud y el turismo de salud en la República Dominicana?

Para mí la respuesta es fácil: Turismo es uno de los principales motores de la economía dominicana. Y la salud debe tener igual peso específico e igual importancia, más aún con todo lo evidenciado en esta pandemia. El apoyar trabajos en el turismo crea una gran oportunidad para elevar la medicina dominicana, inyectando fondos al sistema salud y así llevar calidad y tecnología primariamente a todos los dominicanos. El turismo es un instrumento para elevar la medicina dominicana para el beneficio de todos.

 

En turismo de salud, ¿calidad o costo?

Valor siempre VALOR… Porque lo barato sale caro.

El modelo operacional de turismo salud debe ser uno basado en la ecuación económica de Valor (Calidad+Resultados / Costos). De esta forma se crea una plataforma, idealmente global, transparente, donde todos los actores del sistema (médicos, hospitales y, sobre todo, PACIENTES) saben lo que están recibiendo en cuanto a calidad, resultados y costos igualando así los terrenos de juego y creando una real competencia basada en valor.

 

Por parte del Estado, ¿qué políticas considera usted que se necesitan implementar para impulsar el turismo de salud en el país?

  • Lo primero es crear un campo de juego nivelado, donde exista transparencia y objetividad en reportes estándares y resultados.
  • Apoyar implementación de normas y estándares internacionales de calidad y seguridad del paciente.
  • Enfocar que dichas políticas no sean creadas solo para beneficiar a extranjeros o aquellos con mayores recursos económicos, sino con una visión mayor de equidad, justicia y retorno para beneficiar, sobre todo, a los más necesitados.

 

Bajo la premisa: “la protección medica es un componente fundamental de seguridad para la oferta turística”, ¿cuáles son las más recientes iniciativas implementadas por usted desde el Clúster para el impulso del turismo de salud?

Sí, el tema aquí es que se habla de “seguridad en Turismo” como un elemento fundamental para asegurar calidad y promover los destinos. Sin embargo, el World Tourism Organization (WTO) habla de que la seguridad médica es un elemento fundamental de la seguridad en turismo. Durante la pandemia esas líneas territoriales entre economía, turismo, y salud fueron borradas, nos dimos cuenta que la salud unió a TODOS los sectores sociales y desde ahí empezamos como Clúster de Salud a apoyar procesos de estandarización para la atención del COVID-19 creando el primer manual Municipal junto a la Alcaldía de Santo Domingo.

TODO destino turístico debe cumplir estándares mínimos de servicios médicos de emergencias, en cuanto a respuesta y calidad de las atenciones sobre todo en trauma, problemas cardiovasculares y neuro-vasculares.

En este sentido estamos impulsando esfuerzos junto al Clúster Turístico de Santo Domingo, la Alcaldía de Santo Domingo y el Ministerio de Turismo. Para iniciar hemos hecho una donación (con recursos propios) de equipos médicos, capacitación y apoyo tecnológico (apps y GIS), para crear equipos de respuesta de emergencias en la Ciudad Colonial de Santo Domingo (ciudad más antigua de Las Américas), donde hemos convertido a la Ciudad Colonial en el primer espacio público cardio-protegido en la República Dominicana. Esto para apoyar así a la seguridad medica de todos los dominicanos que viven y visitan la Ciudad Colonial y los cientos de miles de turistas que nos visitan anualmente.

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¿Cuáles cree que son las claves para que República Dominicana logre convertirse en una opción de valor dentro del mercado de turismo de salud?

Sin lugar a dudas en la última década se han visto grandes avances en este sentido. Las claves del éxito están en entender que el mejor interés del paciente es el único interés a considerar, entender que lo barato eventualmente sale muy caro. Apostar a la calidad asistencial a los buenos resultados y crear una necesaria plataforma de gestión de la calidad, certificaciones y acreditaciones para elevar esos estándares. Invertir en la educación y formación de las futuras generaciones de médicos y trabajar objetividad.

 

Desde su experiencia, ¿cómo calificaría el sistema de salud dominicano hoy?

El sistema de Salud Dominicano, ha tenido grandes avances en los últimos 15 años. Desde la implementación de la reforma del sector salud y la articulación de la Ley General de Salud (42-01) y de Seguridad Social (87-01). Han sido unos años de adaptación e innovación. Existen ya más de 10 millones de dominicanos y dominicanas que poseen un seguro de salud. Se han implementado grandes inversiones en estructura y mejoras en operaciones de los servicios de salud. Se ha trabajado con el fortalecimiento de investigación y capacitación de recursos humanos de salud. Mucho de esto, recientemente, empujado por necesidades evidenciadas por la pandemia y ejecutadas por el actual gobierno.

Desde el lado de oportunidades, debemos exigir responsabilidad y objetividad por parte de los gremios médicos limitando ejecución de agendas personales y/o políticas y enfocados en un bien mayor para los pacientes y la comunidad médica.

Debemos también facilitar mejores esquemas de compensación para el personal médico basado en simples teorías ya probabas de capital humano.

 

¿Cuál es su visión sobre la salud y turismo de salud en República Dominicana?

Nuestra visión es que usando el Turismo-Salud como un catalizador podamos cultivar el talento colectivo de nuestros increíbles recursos humanos del sector salud y que desde esa visión colaborativa, la academia, el sector público y el sector privado, podamos todos desarrollar un sistema basado en equidad y justicia, que la calidad de los servicios y acceso a tecnologías no sean un privilegio, sino un derecho fundamental de los dominicanos. Que generando esfuerzos basados en valor tengamos los mejores resultados y calidad asistencial elevando así la medicina dominicana para todos los dominicanos y desde ahí continuar promoviendo nuestra medicina en horizontes internacionales.

Venciendo al COVID-19