Los docentes son el motor de los procesos de aprendizaje
Ni la tecnología más avanzada ni el cambio más radical lograrán sustituir el enorme impacto positivo que generan los docentes en el aprendizaje de sus estudiantes
La experiencia del aprendizaje desde temprana edad, conlleva numerosos factores que determinan en gran medida el caminar de las personas, sus objetivos y perspectiva de la vida. Es por ello que resulta vital prestar especial atención a sus elementos y procurar innovar conforme a los requerimientos de los tiempos.
Para Jorge Luis Iñiguez es de gran satisfacción y motivación el ser parte de estos procesos. Como Director de Innovación y Estrategia de Producto de Pearson Latam, está comprometido con la visión del aprendizaje como motor social del cambio, marcando una trayectoria de inspiración para muchos.
Nos acercamos a él en esta edición para conocer mucho más al respecto y entender qué podemos hacer desde nuestras posiciones para visualizar una transformación en esta área.
¿Por qué decidió enfocarse en el ámbito de soluciones de aprendizaje? ¿Qué le apasiona de este mundo?
Durante toda mi carrera he estado vinculado, de una u otra forma, con la innovación, con la mejora continua, y en Pearson encontré la combinación perfecta entre la innovación y el aprendizaje como motor del cambio social.
Pearson es la mayor empresa de aprendizaje del mundo; su objetivo es ayudar al mayor número posible de personas a desarrollar su potencial y transformarse positivamente, como personas, como integrantes de un entorno académico o profesional, como ciudadanos globales. Ser parte de esta misión me motiva mucho.
Una realidad que enfrentan muchos países en términos de educación, es la brecha existente entre el pensum que imparten en las distintas carreras y los requerimientos reales que se demandan del profesional en el mercado, ¿A qué cree qué se deba este fenómeno y cómo podemos enfrentarlo?
La falta de sintonía entre la formación de los estudiantes y las demandas del mercado laboral tiene diversas explicaciones. Quizá la más importante es que estamos atravesando una era vertiginosa de cambios que modelan, a veces de un día para otro, el mercado.
Ello implica que las instituciones de educación superior tengan que adaptarse rápidamente, e incluso anticiparse a esos cambios y diseñar nuevos métodos y contenidos que apunten a una educación integral, interdisciplinaria y diversa que atienda las nuevas necesidades, pero también que sean relevantes para la realidad de los estudiantes.
De lo contrario, los futuros profesionales seguirán viéndose obligados a buscar fuera de las universidades una oferta de aprendizaje que les permita adquirir las habilidades que demanda el mercado laboral.
El paradigma de los procesos de aprendizaje se ha transformado a raíz de la pandemia, ¿Cuáles considera qué han sido los principales cambios y hacia cuáles tendencias se inclinan las políticas de educación?
Si bien un cambio importante de la post-pandemia fue que la educación en línea y a distancia logró una mayor consolidación, tiene que haber ahora una especial atención en promover el acceso igualitario a la tecnología; un gran reto que compete a todos: sectores público y privado, sociedad civil... Es menester que cada estudiante tenga acceso a internet, sin importar su origen social y desde qué punto del mapa se esté conectando.
Otro aspecto importante es contar con contenidos y experiencias relevantes y significativas que agreguen valor al aprendizaje y sean funcionales; que lleven a los estudiantes a adquirir lo mismo habilidades fundamentales y técnicas, que cognitivas, socioemocionales y digitales, para que puedan adaptarse a las exigencias de su entorno.
Sin olvidar, por supuesto, que los docentes son el motor de este proceso: ni la tecnología más avanzada ni el cambio más radical lograrán sustituir el enorme impacto positivo que generan los docentes en el aprendizaje de sus estudiantes.
¿Considera que los procesos de aprendizaje actuales motivan el desarrollo de habilidades y capacidades en los jóvenes que les sirvan para una vida adulta funcional y productiva?
En algunos casos sí; hay iniciativas muy importantes que de hecho lo logran, pero en otros casos existe un amplio margen para mejorar.
Por ejemplo, la UNESCO destaca la importancia de la educación artística para una educación integral, para la transformación de los sistemas educativos, y paradójicamente tiene un papel secundario en los programas de estudio de nuestros países.
No hay disciplinas “menores”. La educación artística no solo desarrolla el pensamiento creativo y reflexivo, sino que brinda a las personas sentido de autonomía, permite crear conexiones significativas, traspasar la realidad inmediata, generar conciencia de lo que sucede en el mundo, y por supuesto desarrollar una mayor empatía.
Todo ello favorece la formación de ciudadanos globales, aquellos que son capaces de comprender el mundo y su lugar en él, que asumen un rol activo en su comunidad y trabajan con sus pares en función de un planeta más igualitario, justo y sostenible.
¿Cuáles son los elementos principales que se deben tomar en cuenta en un proceso de aprendizaje? ¿Cómo identificar que llegó la hora de innovar?
Un entorno propicio, lo mismo dentro que fuera de las aulas; una buena interacción entre docentes y estudiantes es crucial, además de programas de estudio adaptados al momento que vivimos.
El aprendizaje significativo no solo habla de aprovechar los conocimientos previos del alumno sino de construir nuevos saberes -desde la suficiencia en inglés hasta habilidades digitales-, estimular la individualidad y el trabajo colaborativo. Y yo agregaría también desaprender y reaprender, lo que implica un mayor esfuerzo y responsabilidad si queremos innovar.
La innovación, entendida como mejora continua, como creación de valor, debe ser parte de nuestras vidas. No depende sólo de un teléfono inteligente con conexión a Internet, sino del abordaje de problemas concretos; por ejemplo: cómo crear condiciones propicias para que las niñas quieran y puedan estudiar carreras científicas.
El trabajo colaborativo, por cierto, genera un ambiente adecuado para la innovación. Por eso soy un convencido de la necesidad de que trabajemos en conjunto, sector privado, sector público y sociedad civil en general, para mejorar nuestra realidad educativa.
En definitiva, ver los procesos de aprendizaje de manera global es esencial para provocar los cambios que son necesarios en este ámbito, logrando así ampliar la mirada e identificar las estrategias efectivas que amerita en sus distintos escenarios.
El ser humano vive en constante evolución, y lo mismo debe evidenciarse en cada proceso que interviene en su crecimiento, formación y capacidad de relacionarse con el mundo. Es por ello que contar con profesionales de la calidad profesional y humana como Iñiguez, nos llena de gran esperanza y satisfacción.