Instituciones públicas ameritan un liderazgo honesto y transparente

La visión de los nuevos líderes de la gestión pública dista mucho del pasado. Como cualquier liderazgo, el servicio a los ciudadanos también se ha tenido que adaptar a un mundo que se mueve a un ritmo vertiginoso, que exige implementar cambios estratégicos y gestionar espacios para la innovación.

Para Jacqueline Mora, Viceministra Técnica de Turismo,  los cambios en la tecnología, la comunicación y la información, en una sociedad cada vez más educada y consciente del medioambiente, unido a la necesidad de políticas que aumenten la inclusión, requiere de líderes diferentes.  “El liderazgo en la gestión pública debe contar con herramientas que permitan ir comunicando de manera efectiva el porqué, cómo y cuándo de las acciones, así como la sinergia entre las diferentes iniciativas y dar una visión clara a futuro.  El líder de hoy debe no solamente ser un líder honesto y transparente, sino también informado, con equipos de alto nivel que puedan ir diseñando y rediseñando las acciones, midiendo ganadores y perdedores, identificando las políticas de mitigación a perdedores, y generando esperanza y empatía con la gente.  Es un liderazgo más complejo, pero mucho más retador y transformador para el líder”.  

Como parte del equipo de nuevos líderes que buscan la promoción turística del país, Jacqueline Mora  considera que su paso por el Ministerio ha sido revelador, sobre todo en medio de la pandemia.  “El Covid -19 ha provocado una transformación en todos los sectores y áreas del quehacer económico.  Sin lugar a dudas, ha sido crítica la visión del líder, en este caso del Ministro Collado, quien desde mi punto de vista ha basado la gestión en 4 pilares:  1) Trabajar desde el Gabinete de Turismo con todo el sector público y Privado , 2) Diseñar un plan e irlo ejecutando, ajustando pero sin dejarlo 3) Utilizar la información constante como pilar para medir, ajustar y mejorar 4) Transparencia constante”.



¿Cuál cree usted que es el mayor desafío que enfrentan los líderes en la gestión pública hoy día?

El líder en la gestión pública debe fortalecer instituciones, y hacer políticas e iniciativas que mejoren el bienestar global del sector relevante y de la sociedad.  

Un reto importante es, sin lugar a dudas, la velocidad con la que circula la información y la desinformación. Pero además, es contar con equipos de alto nivel, comprometidos y con experiencia, y poder remunerar de manera adecuada este talento. La desinformación y el ruido quita mucho tiempo productivo de las instituciones públicas, lo que reduce su efectividad o implica desgaste.



En la gestión pública, ¿cuál considera que es la diferencia entre ejercer el poder y ejercer un liderazgo efectivo?

El poder es aquello que te entregan, la población, para darte la potestad de gestionar diferentes tipos de recursos en pro de un objetivo.  Con él puedes provocar cambios, buenos y malos, y beneficiar o no beneficiar personas e instituciones.  El liderazgo efectivo puede hacerse sin poder de facto, pero generalmente va generando Poder. Ahora bien, cuando combinas el poder con el liderazgo efectivo, entonces verás cambios positivos a todos los niveles del ámbito del poder.  

Un líder efectivo y con poder, generará nuevo liderazgo, equipos efectivos, cohesión institucional, apoyo de grupos económicos y de la población, y multiplicará a mediano plazo el impacto en la sociedad.  Una persona con poder y liderazgo deja huellas e inicia transformaciones en todas las instancias de su ámbito de poder, y muchas veces en otras instancias, porque provoca que otros quieran copiar el modelo. 

 

Encontrar oportunidades para el desarrollo del país donde otros no las ven es una de las metas de un líder de la gestión pública. ¿Cuáles son esas oportunidades, que desde el Ministerio de Turismo, han encontrado para proyectar al país?

El Gabinete ha logrado que el plan trazado sea conocido por todos, que todos sepan su rol y trabajar de manera expedita y rápida.  El Gabinete liderado por El presidente de la República y el Ministro de Turismo, nos ha dado la capacidad de ir mucho más rápido que otros destinos.  El plan trazado nos ha permitido organizarnos de manera efectiva, priorizar los recursos y generar las alianzas necesarias para avanzar.  Todo esto se ha hecho midiendo día a día los indicadores que afectan el turismo a nivel local e internacional, e identificando rápidamente estrategias.  Pero lo más importante es la transparencia. Cuando heredas un sector tan importante, contar la historia, poner todo en orden, invitar a expertos a la mesa e identificar ineficiencias y decirlo, es lo que te da la autoridad y espacio para seguir adelante. 

Los resultados están ahí, en este invierno estaremos liderando la recuperación del turismo en la región, según ForwardKey, con llegadas que superarían en más de 20% el invierno 2019. Tuvimos el mejor septiembre de la historia, junto al 2018. En Junio superamos todos los turistas que entraron en 2020, y se espera que en total lleguemos casi a 5 millones de visitantes este año.  Ya la ocupación de los vuelos está por encima del 85%, y por esto cada día se aprueban más rutas. Ocho de cada diez habitaciones en el país está abierta, y la tasa de ocupación hotelera se encuentra cercana al 65%. 



Se lidera gestionando talentos, gestionando emociones, habilidades y capacidades para conseguir objetivos y resultados. ¿Qué importancia tiene el equipo de trabajo que han conformado en el Ministerios de Turismo para la consecución de las metas?

Creo que esto ha sido fundamental.  El Ministro Collado se ha hecho acompañar de personas con las que ha trabajado previamente, y es muy celoso formando equipo.  La experiencia previa en otras instancias públicas, así como la preparación, sinergia de equipo y compromiso, ha sido sin duda un factor importante.  

 

En República Dominicana hay una nueva generación de líderes en la gestión pública que está marcando la pauta del cambio, ¿Acciones o palabras, cuál ha sido la clave de ese cambio?

Creo que palabras, que se convierten en acciones y en resultados.  Acciones sin resultados son un buen intento.  Diseñar, decir, hacer, comunicar, ajustar si es necesario, para lograr los resultados.  Tener metas, con acciones concretas y medibles.  Entonces medir, analizar, ajustar y cambiar. Siempre comunicando la problemática, las acciones posibles, y los resultados.  Un buen resultado debe comunicarse, es el mejor mecanismo de rendición de cuentas.

Venciendo al COVID-19